¡Hola blogger@s! ¿Qué tal el verano? Espero que haya ido realmente bien, como el mío. Bueno pues esta entrada no tiene otro fin que relataros la experiencia que he tenido con mi familia en un hotel de Roquetas de Mar, en la provicincia de Almería. Os cuento la experiencia.
Mis padres, mi hermanos y yo, teníamos bastantes ganas de pasar unas vacaciones en un sitio andaluz (Mi tierra, es muy bonita.) Como nunca habíamos ido a Almería, decidimos buscar un hotel allí que estuviese cerca de la playa y además que fuese familiar y encontramos el hotel Zoraida Park y el hotel Zoraida Garden. La verdad es que nos daba igual ir a uno que a otro, porque se parecían bastante. El caso es que el 23 de agosto a las 8 de la mañana nos pusimos en camino hacia Almería, para llegar allí a la 12:30 h. de la mañana o así. Cuando llegamos al hotel, nos dirijimos a recepción a pedir la llave de la habitación y nos quedamos bastante impresionados. ¡Había una cola larguísima de personas! ¿Para qué esa gran cola? Era para comer en el bufet. ¡Era increíble! Subimos a la 4ª planta, y entramos en la habitación que nos habían asignado. La habitación era amplia y las camas muy grandes. Concretamente había dos camas de matrimonio con sábanas blanca. La tele, muy grande, aunque lo que no nos gustó demasiado fue que el mando no estaba en la habitación. Había que pedirlo a recepción y pagar una fianza de 20 euros. ¿20 EUROS por un mando? Estamos locos. Continúo. La terraza tenía dos cordeles para tender la ropa y dos sillas de plástico para sentarse. El aire acondicionado bastante potetente, aunque al día siguiente nos enteramos de que no funcionaba de 9 de la mañana a 2 de la tarde. ¿Por qué? Sus razones tendrían. El cuarto de baño, amplio también, con una bañera grande y una mampara que llegaba hasta mitad de la longuitud de la bañera. Cuando te dabas 1 ducha, ponías todo el baño perdido. Al llegar, nos habían colocado 4 cepillos de dientes, 4 vasos, 4 sobres de jabón y 1 limpiacalzado encima del lavabo. Bajamos a comer y estuvimos un rato en la cola, aunque menos del que nos esperábamos. El mettre nos situó en una de las mesas del fondo y allí pudimos degustar los platos del bufet. El bufet tenía carne y muchas ensaladas, aunque el pescado brillaba por su ausencia. También había cocina en vivo donde te hacían tortillas, chuletas, carne, algún filete de algo..como tocase en el día. La fruta muy variada. Casi todos los días había arroz con leche, natillas, flan, yogurt...Y la pasta era muy frecuente en el bufet. También hay que decirlo, en las bebidas (que te las cobran a parte) te metían una clavada. ¿Es normal pagar 10 euros por un par de refrescos, un par de cervezas y una botellita de agua? El servicio tampoco era muy bueno, la mayoría no te trataba con mucha educación y cuando les preguntabas sobre algo en concreto, te respondían lo mínimo, siendo muy fríos y distantes con los clientes. Más de uno me pareció borde. Las instalaciones del hotel, estupendas. Había muchos jardines y muchas hamacas y sombrillas pero al estar tan lleno de gente, las sombrillas siempre estaban ocupadas y te tenías que levantar a las 8 de la mañana para colocar la toalla; aunque más de uno quitaba tu toalla y cogía la sombrilla por toda la cara. Las piscinas estupendas, una de agua ''salada'' que no superaba el 1'55 de altura y otra de agua dulce donde solían hacer los partidos de waterpolo con el máximo de 1'95 de profundidad. También había dos zonas de ambas piscinas dedicadas a los niños pequeños, en las que el agua siempre estaba calentita porque los niños chicos se hacían pipí allí. La piscina de agua ''salada'' conectaba al hotel Zoraida Park con el Zoraida Garden, en realidad no son hoteles individuales, es un complejo hotelero. Las actividades, muy variadas, lo mejor era ver a 500 personas haciendo aerobic en la piscina a las 12:30 h. Por las noches, había muchas animaciones y una ''minidiscoteca'' para que los niños pudiesen divertirse con canciones del verano. El hotel contaba con gimnasio, varios restaurantes y bares y hasta zona de juegos. ¡La bolera y el billar eran lo mejor! También contaban con red Wi-Fi en el salón principal del hotel. La zona de juegos contaba con ordenadores, aunque eran bastante caros, ¿pueden creerse que 15 minutos costase 1 euro? Por favor. En general, para ser un hotel de 3 estrellas está bien, aunque se puede mejorar...Por cierto, a ver si les dicen a las limpiadoras que no escondan tanta pelusilla debajo de la cama, que la gente no es tonta, eh? :D Lo mejor es que el hotel está a dos pasos de la playa, aunque les digo una cosa...CUIDADO con bañarse muy adentro, enseguida cubre. Las aguas cristalinas y las playas super limpias. Le recomiendo que conozcan ALMERÍA, es un paraíso.
Bueno, para terminar nuestro viaje, el día 28 regresamos, rumbo a mi casa de nuevo y con los brazos un poco más morenos.
Espero que le haya servido mi ayuda mi descripción y las fotos que he colocado.